Nuevo diseño curricular, más preguntas que respuestas.
El panorama es difuso, mucha incertidumbre en el nuevo año escolar.
Desde finales del año escolar 2023 - 2024 empezó esta ola de rumores sobre un cambio curricular, una especie de nuevas implicaciones de cara al año 2024 - 2025 estaban haciendo que más de un director/a comenzara a preocuparse… eran muchas preguntas, pocas respuestas y muchos vacíos conceptuales, es decir, ¿Cómo sería implementado? ¿su implementación es obligatoria? ¿desaparecerían los grupos de Creación, Recreación y Producción? entre otras interrogantes que no han sido contestadas aún.
Bienvenidos a una nueva edición de mi newsletter, estaba de vacaciones, tratando de desconectar… me sabrán disculpar la ausencia, pero llegué con un temazo que seguro es de tu interés si quieres entender mejor el panorama educativo del momento.
2017 vs 2023
Hablemos de las comparaciones entre la versión del año 2017 vs esta nueva propuesta.
A nivel teórico el enfoque cambia, en la versión del 2017 el enfoque se basa en la práctica que acompaña la teoría, no como camisas de fuerza, sino como parte del contexto o las experiencias que generan aprendizaje. En la versión 2023 se evidencia el anclaje hacia los motores de producción, por eso el enfoque es "formar produciendo, producir formando"
Otro cambio significativo es el establecimiento de tres (3) tipos de menciones para bachillerato: técnico profesional, ciencia y tecnología y el «productivo». El primero se diferencia por estar vinculado a un área, además de cursar un año extra (6 años de formación), algunas de las especialidades a escoger son:
Con respecto al bachillerato de ciencia y tecnología su principal objetivo es desarrollar habilidades como el pensamiento lógico-matemático, la resolución de problemas, el trabajo en equipo y el manejo de herramientas tecnológicas, para ello se tiene previsto que las instituciones que adopten esta modalidad deben coordinar un horario obligatorio dentro de sus cronogramas con seis (6) horas semanales para la materia llamada Innovación tecnológica y productiva en todos los años.
Además, para hacer frente a las debilidades que vienen incrementando año tras año en nuestros estudiantes con las materias de física, química y biología se espera que puedan comenzar a visualizarlas a partir del 1er año de bachillerato, esto también se conecta con la idea de que en estas materias jamás se lograba completar el cúmulo de contenidos en los tres años para los cuáles estaban disponibles, a través de esta modalidad la expectativa es que los contenidos programáticos sean visualizados en su totalidad.
Por su parte, el bachillerato productivo hace énfasis en el trabajo manual e intelectual vinculado a las realidades productivas - territoriales de cada región del país, por ejemplo, si en Nueva Esparta el fuerte es la acuicultura o el turismo el liceo estará orientado hacia el fortalecimiento de estas áreas para el egreso de bachilleres que puedan impulsar la producción en el Estado.
Algunos ejemplos de las materias que estarían cursando los estudiantes:
Bachiller técnico en pesca y acuicultura
Bachiller técnico en Turismo
También existen otras menciones como:
Bachiller Técnico en agropecuaria.
Bachiller Técnico en laboratorio clínico.
Bachiller Técnico en química industrial.
Por último, tenemos el bachillerato sin mención que es la representación de lo que muchos conocemos en la actualidad y al que muchas instituciones se van a seguir adscribiendo.
El papel docente
En la versión del 2017 queda relegado el proceso de enseñanza aprendizaje al docente, sumado a otros actores claves que intervienen como los padres, la comunidad, etc.
En la versión del 2023 vemos que el papel de la formación está cargo de los docentes, facilitadores/as de aprendizaje, miembros de las unidades productivas y ciudadanos/as de la comunidad, esto no es casualidad, (desde mi percepción) desde hace un tiempo la escasez de maestros en aula es simplemente abrumadora. Según estimaciones de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), también difundidas por la Federación Venezolana de Maestros (FVM), “se necesitan cerca de 250.000 docentes para cubrir las aulas de educación inicial, primaria y secundaria que quedaron sin instructores en la última década, cuando el país atravesó una profunda crisis económica.” (párr. 2) por esto, el Estado está empujando a otros actores llamados “facilitadores de aprendizaje” que en realidad provienen de sistemas de formación alternativos para asumir un reto tan grande, entregando de cierta manera el futuro del país a personas poco preparadas, sin experiencia y sin ningún tipo de prácticas docentes.
Pero, por ahí dicen que “tiempos desesperados ameritan medidas desesperadas”, sin duda estamos frente a una de las crisis educativas más grandes de los últimos 20 años, de hecho, se estima que la carrera de educación es de las que menos estudiantes egresan al año, el Director de la Escuela de Educación de la UCAB Carlos Calatrava afirmó que “(…) se graduaron unos 40 jóvenes como nuevos docentes en 2023. Este número, que según Calatrava representa el 1% del total nacional, sugiere que, en el mejor de los casos, Venezuela ganó 4.000 nuevos profesores el año pasado, un ritmo que tardaría 60 años en suplir las vacantes existentes.” (párr. 14)
Así, es evidente que si el nuevo currículum promete tres (3) menciones no existe la cantidad de docentes para suplir las expectativas académico - programáticas que busca implementar.
Perspectivas teóricas
En la versión del 2023 encuentras referentes como:
Vigotsky (1931) - Zona de la Proximidad
Simón Rodríguez (1980) - O inventamos o erramos
Paulo Freire (1968) Pedagogía del oprimido.
Arnaldo Esté (1994) - El aula punitiva
Morín (2001) Los siete saberes necesarios para la educación del futuro.
En la versión del 2017 podrías encontrar algunas referencias de Simón Bolívar o de Simón Rodríguez, pero no fue su fuerte. La corriente teórica predominante en la redacción o en los ejemplos que propone es la teoría decolonial.
Esta teoría lo que busca es demostrar la herencia colonial que predomina en los países azotados por la colonización luego de haber sido independizados, sostiene que la colonialidad representa nuevas formas de subyugación que no termina con la expulsión de los colonizadores a nivel territorial, sino que se extienden hacia las jerarquías del conocimiento, la predominancia de saberes eurocéntricos por encima de nuestros saberes indígenas, la narrativa de la conquista, la idea del “descubrimiento de América” que aún predomina en algunos de nuestros textos históricos escolares, la visión de “lo que Europa aportó a América” pero jamás “lo que América aporto a Europa”, la idea de que lo externo o lo foráneo siempre es mejor que lo lo propio e interno, entre otras aristas.
Por ende, aboga por la deconstrucción de estas ideas materializadas en las formas de poder, saber, ser y estar para la construcción de una teoría decolonial que desmonte los mitos originados que pretenden mantener un tipo de control subjetivo de la realidad, que, como mencionamos, no necesita la presencia de un ejército, lo hace de manera más sutil, en los textos, en los medios de comunicación, en las series de televisión, etc.
A nivel comparativo esta versión es más rica a nivel conceptual, aunque si analizamos los diseños curriculares de años anteriores los referentes parecen ser siempre los mismos, claro que los referentes son los referentes, no debemos dejar de mencionarles, sin embargo creo que existen muchísimos avances en las teorías educativas como para mencionar siempre las mismas corrientes de pensamiento, hace falta vincular el tema digital, las teorías del pensamiento neurolingüístico, los estudios que fortalecen las mismas áreas del aprendizaje, etc.
Perfil del estudiante
El perfil del estudiante no está orientado hacia el área profesional, aspecto que tampoco es casualidad, ante la necesidad de las regiones sumado a los motores productivos que se buscan fortalecer, es claro que al menos dos (2) de las menciones plantean que la inserción de los egresados sea directamente al campo laboral, no al universitario, el mensaje es bastante claro: “necesitamos producir hoy, no dentro de 5 años”
Las orientaciones enmarcan también el desarrollo humano e integral, haciendo ver que la formación va más allá de lo meramente académico, lo cual es digno de rescatar. El saber no puede ser concebido como algo que se reduce solamente al conocimiento científico, sino que debe estar necesariamente vinculado a saberes empíricos, experienciales e incluso emocionales con los diferentes actores que forman parte del proceso de enseñanza - aprendizaje, no solo profesores o estudiantes, sino padres, personal directivo/administrativo, la comunidad escolar, entre otros.
En cambio, en la versión del 2017 una de las críticas más fuertes fue la de no contar con un apartado para esbozar el establecimiento de un perfil del egresado que representara las aristas pedagógicas e interdisciplinarias que pretendía exaltar en todo el documento.
La pregunta del millón… ¿Van a desaparecer los CRP?
Recordemos que una de las sorpresas del diseño curricular del 2017 fueron los Grupos Creación, Recreación y Producción que tenían objetivos interesantes, entre ellos fortalecer “(…) según el contexto, los saberes y haceres de los y las docentes y las potencialidades del circuito educativo (…). Estos grupos de creación, recreación y producción estarán organizados en cuatro componentes que permiten a los y las estudiantes conocerse y reconocer sus vocaciones, talentos, inclinaciones, sus genios, hacia la construcción de su proyecto de vida, potencialidades creadoras y vocación productiva.” (Áreas de Formación, 2017, p. 160 -161)
Arte y patrimonio: estudiantinas, corales, orfeones, grupos de baile, grupos de danza, grupos de teatro, ensambles, muralistas, dibujo, artes gráficas, entre otros.
Acción científica, social y comunitaria: conforma la sociedad bolivariana, brigadas o guías ambientales; brigadas de salud, de promotores y promotoras comunitarias, de acompañamiento a centros de atención de adultos y adultas mayores; patrulla escolar, radio comunitaria, centros de ciencias, centros de química, grupo de robótica, periodismo escolar, entre otros.
Actividad física, deportes y recreación: en este componente de formación, los y las estudiantes podrán participar en equipos de deportes de conjunto, convencionales y emergentes, así como en manifestaciones colectivas urbanas hacia el despliegue corporal con implementos o sin ellos, como medio de adecuación física hacia el vivir bien. Equipos de voleibol, basquetbol (baloncesto), tenis de mesa, fútbol, futbolito, beisbol, ciclismo, natación, atletismo, canotaje, kicking ball, taekondo, gimnasia, ajedrez, entre otros.
Producción de bienes y servicios: Las experiencias deben fortalecer la superación de la división social del trabajo representada en la escuela en la separación entre el trabajo manual y el intelectual. Así mismo, promover el proceso social del trabajo, lo que implica superar la relación mercantilista y crear las condiciones para potenciar la participación en la producción de bienes y servicios para la comunidad y la sociedad en general. Es necesario entonces crear una nueva cultura escolar y una relación más humana con el trabajo en el porqué y para-qué del mismo, con énfasis en la satisfacción de necesidades y en el sustento. En este componente se constituyen grupos o equipos de reparación de artefactos eléctricos, grupos de mantenimiento, construcción de mesas-sillas, herrería, carpintería, entre otros. (p. 162)
En general considero que tenían mucho sentido, de hecho, estas opciones no fueron una camisa de fuerza, algunas instituciones ofrecieron CRP’s de cocina, de carpintería, creación de productos de limpieza e incluso comenzamos a observar la integración de servicios externos en programas educativos completamente virtuales, ofertas de robótica, programación, finanzas personales, entre otras.
Por otro lado, gracias a la flexibilidad de estos programas, pero también a la escasez de docentes que pudieran cubrir estas horas se comenzó a vincular a los padres o personajes allegados a la comunidad (que tuvieran los conocimientos, así sea de manera empírica) para dictarlos.
En otras escuelas con realidades económicas más desafiantes estas horas simplemente jamás pudieron ser llenadas, volviendo al problema inicial, no tenemos docentes.
Entonces… vamos a responder la pregunta del millón ¿desaparecen los CRP en la propuesta del 2023? la respuesta es no, se mantienen para el bachillerato sin mención, mientras que en las otras menciones pareciera que desaparecen del horizonte en la teoría, más no en la práctica. Por ejemplo, en el bachillerato de Ciencia y Tecnología muchos de los programas formativos virtuales que conversábamos anteriormente serán incluidos dentro de las horas dedicadas a la materia de Innovación Tecnológica y Productiva lo que sigue dando lugar o espacio a muchas oportunidades interesantes para los estudiantes.
Igualmente, al no ser una demanda del Ministerio la implementación de este nuevo formato será progresiva, haciendo respectivas pruebas pilotos en instituciones de interés.
Todo cambio curricular responder al contexto…
El Ministerio tiene un tiempo considerable realizando cambios en diversos programas y diseños curriculares por lo que es un proceso estratégico que en lo subsecuente va de lo micro a lo macro, en el año 2005 fue el de Educación Inicial, en el 2007 fue el de Educación Primaria Bolivariana y en el 2017 el de Educación Media del cual se realiza un cambio en el 2023 para ser implementado de manera no obligatoria, pero sí progresiva en el año escolar 2024 - 2025.
La realidad del país de la mano con los objetivos del Estado es un llamado al regreso de las escuelas técnicas, por eso tanto esfuerzo del parte del Ministerio de Educación superior en los Programas Nacionales de Formación (PNF).
Alto énfasis en los proyectos de aprendizaje socio-productivos, aprendizajes que respondan a las necesidades de la escuela o de la comunidad local, la crisis que enfrenta el país no es solo económica, es educativa, es cultural, es social, por ello la escuela tiene que aparecer como un mecanismo de respuesta, con soluciones prácticas y, por supuesto, con ideas nuevas que beneficien de cierta manera a todos los actores involucrados.
En general creo que todo cambio siempre tiene resistencia, la formación técnica en el país es una materia pendiente que ciertamente necesitamos volver a impulsar, no obstante la estrategia debe estar enfocada en generar más docentes con el apoyo de las universidades, el replanteamiento de los programas acádemicos que tienen un estacanmiento enorme en materias obsoletas, la actualización digital de nuestros docentes, la infraestructura para poder responder a todas estas especialidades a generar, entre otras aristas que se deben tener cubiertas para ejercer esta nueva propuesta.
Te dejaré anexado los Diseños curriculares para que les eches un ojo si quieres.
- Áreas de Formación - Media General 2017
- Plan de Estudios - Ciencia y Tecnología 2023
- Planes de Estudio - Territorio Nacional 2023
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